EN BUSCA DEL DIOS DEL BOSQUE (cuento)

silouh · **Publicado:** 22 Feb 2014, 20:01

Este es de 51 páginas arial 12 doble interlineado :oops:

Tiene una parte allá por el final que es políticamente incorrecta y que la correctora me dijo que sólo por eso ya nadie me lo publicaría :evil:

Gracias por leerme. Espero que os divirtáis :oops:

silouh · **Publicado:** 22 Feb 2014, 20:14

¿QUIEN ES ESTE CHICO?

El bosque era muy normalito, en realidad, más que un bosque se limitaba a ser unos cuantos árboles juntos, pero en el pueblo no había nada mejor.
Aun así, pocos lo visitaban, y los que lo hacían sin conocerlo se perdían fácilmente en él, por eso las dos amigas se habían quedado en las lindes, sin atreverse a meterse mucho, pues había que ser un experto en vivir en la naturaleza para salir de allí sin ayuda.
-¡Hay un chico saltando de árbol en árbol! Es guapo -exclamó la forastera
-Será Julián Artero. Pasa los prismáticos -le aclaró la del lugar -Sí, es Julián. Y también están las gemelas, cómo no... ¡Vaya si es guapo...! Con trece años ya mide uno setenta. Rubio con los ojos azules. Le llaman el dios griego...
-Ligará un montón ¿no? ¿Cómo es de carácter?
-Es tan raro... A las chicas nos da reparo hacernos sus novias. Toda su familia es rara: el padre no se sabe de dónde vino, ni a dónde se fue cuando se divorció de la madre, que también es rara. Le reza a los dioses precristianos. Y se ha vuelto a casar con un moro, rico y superguapo como el primero. Julián y el moro se llevan bastante bien, pero al chico le sienta mal que su madre se haya vuelto a casar.
La morena no es su hermana, es hija del moro. Ella y la rubia se llaman gemelas porque nacieron el mismo día. Y se quieren igual. Julián las quiere demasiado a las dos, que también son raras, cómo no... Con siete años ya van a clase con los de trece. Pero lo más raro de este chico es que parece enamorado del bosque. Me pregunto qué hara cuando lo talen...

silouh · **Publicado:** 26 Feb 2014, 13:09

EMPIEZAN LOS PROBLEMAS
-Vale, ya vamos para allá -se rindió al fin, colgando a su madre.
-Nos han pillado, gemelas. Además ya es muy tarde, nos vamos.
Las niñas le obedecieron sin rechistar. Siempre lo hacían.
Tardaron poco en llegar a casa, para lo que tuvieron que correr, pero no se atrevían a llegar muy tarde, porque la mesa pronto estaría puesta y tenía algo de hambre.
Julián abrió con su propia llave la puerta principal y los tres entraron saludando a todo el mundo. Las niñas corrieron a abrazar a su madre y ésta casi deja caer el plato de mejillones que llevaba en la mano.
-¡Laváos un poco! -les ordenó la madre aún enfadada, pero decidida a no seguir riñendo a sus hijos.
-Ya sé que tengo que lavarme -le respondía el hijo molesto, entrando en el baño con sus hermanas.
Los chicos no prestaron atención a lo que ocurría en el comedor ni a lo que hablaban su madre y el padrastro. También habían invitado a su padre. A veces lo hacían, a pesar de lo incómodo que les resultaba a los dos hombres. Julián no entendía porqué. Vieron de reojo la mesa ya puesta para el aperitivo: cerveza para los mayores, naranjada para los pequeños, almendritas, patatitas y ensaladota con todo verdura.
Pero mientras se cambiaba de ropa en su habitación, Julián iba a oír algo interesante:
-Ya han vendido el último pedazo de bosque, pronto empezarán a construir la urbanización -decía el moro.
-¿Y qué harán con el cementerio morisco, lo derribarán también? -preguntó la madre.
Julián no siguió escuchando. Se lo comía la rabia. "Primero fue mi padre, luego mi casa y ahora mi bosque...¿Es que todo me lo van a quitar?"
Las niñas entraron en tromba en la habitación del hermano:
-Julián -habló Miriam -¿Nos vamos a quedar sin bosque?
-No, Miri -le contestó su hermano -Impediremos que nos lo quiten

silouh · **Publicado:** 06 Mar 2014, 23:23

Una décima de segundo más tarde se sintió exactamente tan idiota como había sido. ¿Qué iba a poder hacer él? ¿Unirse a los ecologistas? En la vida habían conseguido nada. Les tocaba perder. Como siempre. Como a todos. Sus hermanas no dijeron nada más, sólo se le abrazaron. Salieron juntos al comedor, en silencio.
El humor del muchacho se hacía perceptible a todos, aunque él procuraba evitarlo. Los padres procuraron no hacer demasiado caso y él se desahogó con su madre todo lo que se atrevió.
-¿Y qué novedades hay sobre los dioses? -le preguntó en son de burla.
Porque su madre rezaba a los dioses precristianos e inventaba teorías sobre ellos. Nadie más en la familia compartía esas creencias, pero a las niñas les encantaban porque eran como cuentos. Para todo el mundo, Julián lo sabía, su madre era una loca. Su madre ya estaba acostumbrada a que se rieran de ella y había decidido no hacer caso y aprovechar el falso interés para largar un sermón.
-Tengo una nueva teoría, la de los cinco mundos, que voy a colgar en mi blog. La tierra que conocemos es el mundo base, el mundo cero, podríamos decir, porque de él nacen todos los demás. Después está el mundo de los muetos, que es una copia del nuestro pero mejorada. Además, allí no envejece ni se muere nadie. Después está el mundo purificado, un lugar que crearon los dioses según las imágenes que pudieron ver del futuro. Es como el nuestro, pero muy diferente. Luego vienen los reinos de los propios dioses: El Olimpo, Asgard y sitios así.
En este momento paró de hablar porque se atragantó con un mejillón.
Julián sólo había escuchado a medias, como siempre. A veces se había metido en el blog de mamá para leer sus teorías pero estaba tan lleno de palabras técnicas que no se enteraba de la mitad, y los textos eran larguísimos.

silouh · **Publicado:** 07 Mar 2014, 23:32

El moro volvió a sacar el tema de la urbanización.
-¿Eso es todo lo que te importan tus dioses? -gritó Julián a su madre, levantándose de la mesa con tanta furia que tiró su plato -¿No nos contaste una vez que ese bosque era sagrado, que un dios vivía allí?
El joven salió como una exhalación del comedor. Tan furioso lo vieron que ni le ordenaron recoger el plato. Por el rabillo del ojo el chico vio a su madre a punto de llorar, pero sólo fue un segundo. Las niñas sí lloraron. Recogieron sus cubiertos y los del hermano, los llevaron a la cocina. Los adultos habían callado, avergonzados sin duda por anteponer el dinero a valores más sentimentales como la cultura o la ecología.
Julián estuvo solo como una hora, calmándose, y luego se fue con sus amigos a un ciber, pero no pudo estar ni cinco mintos. Sus compañeros tuvieron que aguantar sus gritos y sus opiniones acerca del desarrollo urbanístico, y hasta se exaltaron con él. Y aun con todo eso le costó dormir esa noche.

silouh · **Publicado:** 08 Mar 2014, 00:36

3-QUIZÁ HABRÍA QUE PENSAR EN HACER ALGO
La semana siguiente fue de las peores que el chico había vivido en mucho tiempo, pues las gemelas le preguntaban varias veces al día "Julián ¿Qué vas a hacer para salvar el bosque?" Las mocosas tenían al parecer la idea de que su hermano era todopoderoso. Y odiaba sentirse impotente, débil, arrastrado por la marea de las decisiones de otros. Así que el jeves les dijo:
-¡No os preocupéis, salvaremos el bosque!- y bien épico que le quedó.
Por la noche las gemelas entraron en su habitación cuando los padres ya dormían. Y Julián también. Le dieron un buen susto cuando lo zarandearon para despertarle, pero él no gritó, se limitó a coger por el cuello a la que tenía más cerca.
El chico encendió la lamparita que tenía en la mesilla de noche, una horterada en forma de coche de carreras que su padre le había regalado por navidad y que hacía una luz pésima, pero suficiente para permitirle ver que no se estaba defendiendo de un malvado ladrón sino de una inoportuna hermanita.
-¿Qué estáis haciendo aquí? -Les preguntó en un bostezo
-¿Cuándo vas a hacer algo, Julián? -contraatacó la niña
-Vais a despertar a los papás -le contestó.
¡Si él sólo quería volver a dormirse! Las niñas cruzaron los brazos frente al pecho, pusieron el morro de reproche estándar y esperaron. O sea, que salida no tenía.
-Ese bosque era de los dioses ¿no? ¡Pues que los dioses lo arreglen! -se dio vuelta para dormirse sin siquiera apagar la luz. Lahermanalo sacudió. El sevolvió hacia ella.
-¿Y qué vamos a hacer para que los dioses se interesen? -"Al menos esta vez es un "vamos" pensó el chico. Aunque no sabía qué sería peor, porque le tocaría hacer algo con ellas dos presentes y se vería que saldría mal.
-Mira, el domingo vamos al bosque y les buscamos.
Miriam comprendió que no le iba a sacar nada más, así que se fue con Laila sin oponer más resistencia.

silouh · **Publicado:** 09 Mar 2014, 21:14

Aquella noche las dos niñas hicieron un viaje de reconocimiento al mundo de los dioses a través de los sueños. A los niños hasta cierta edad les resulta fácil. A Julián ya no, estaba fuera de lazo. Julián no vio cielos esa noche, sino infiernos, donde quemaban a los condenados con leña traída de su bosque.
A la mañana siguiente las niñas le contaron que habían visto el mundo de los dioses pero no habían podido hablar con nadie. Le volvieron a preguntar cómo irían, menos mal que ya se se le había ocurrido la respuesta:
-Mamá nos dijo que había varios mundos sobre éste: el de los muertos, el otro y el de los dioses. Si primero pasamos al de los muertos, de ahí iremos a los demás.
Las niñas retrocedieron un paso con cara de miedo:
-¿Vamos a tener que morirnos? -preguntó Laila, aprensiva.
-¡Qué tonta! -le contestó Miriam con cara de pensar lo mismo -Hay que ir a un cementerio, es donde viven los muertos, allí habrá alguna puerta.
-A nosotras no nos dejan ir al cementerio -le recordó Laila.
Era cierto, su madre las consideraba demasiado pequeñas para ir, temía que se traumatizaran o algo. Tampoco quería que fuera Julián por lo mismo, pero el moro había acabado con esas aprensiones con bastante impaciencia, pues consideraba al chico lo bastante hombre como para saber de la muerte.
-No os asustéis, niñas -las tranquilizó el hermano con su voz más heroico-chulesca -Cerca del bosque, también en terreno protegido, hay un antiguo cementerio morisco, lo dijo mamá ¿no? Sigue siendo un cementerio. Allí encontraremos una puerta.
-Pues si es un cementerio, mamá tampoco nos dejará entrar -insistió Laila
-Mamá no se va a enterar de que hemos ido. Además es un Bien de Interés Cultural, o sea, que es como una excursión del colegio. Y los muertos de hace tanto tiempo ya no dan miedo.
Quedó decidido que irían al día siguiente, domingo por la mañana, como si fueran a uno de sus paseos normales

Era

silouh · **Publicado:** 13 Mar 2014, 11:03

4- EMPIEZA LA AVENTURA
La mañana del domingo en la habitación de su hermano sonó el radiodespertador, otra horterada inmensa regalo de su padre. Al menos se sentía descansado. No sabía qué haría ni qué diría cuando intentaran entrar al supuesto mundo de los muertos y no lo consiguieran. No se vistió deprisa. Pensó mientras que se estaba haciendo viejo, ya se había hecho a la idea de perder el bosque. Sabía que si seguía pensando se lo iba a comer la rabia y entonces sí pensaría en hacer algo, una tontería como la que tenían proyectada pero con sangre de por medio, así que decidió intentar fingir que lo dominaba un espíritu épico y que su aventura iba a ser maravillosa y a tener éxito. Cuando llegó a la cocina para el desayono las gemelas ya le estaban contando a la madre lo que querían para desayunar:
-Ponnos naranjas y chocolate con churros.
-Y para llevarnos hoy queremos pan con miel. Y huevos duros. No vendremos a almorzar, nos vamos con las amigas.
El hijo se limitó a un "buenos días" y a comer lo que se le puso en la mesa.
Salieron a la calle todo lo rápido que pudieron.
-¿Porqué habéis pedido esas cosas tan raras para comer? -les preguntó Julián molesto -¿No veis que así nos pueden descubrir?
-Tú dijiste una vez que la miel era buena para los muertos -le replicó Miriam -Y los huevos.
-Vale -concedió el chico de mala gana -Entonces será mejor que llevemos también vino -aunque no tenía claro el porqué.
-No nos van a dejar comprarlo -puntualizó Laila
-Hay un bar donde hasta me lo fían si digo que es para mi padre
Efectivamente, no tuvieron ningún problema para conseguir el vino. Sólo que tardaron un poco más en llegar al cementerio morisco, que encima estaba más lejos que el bosque. Las niñas llegaron reventadas, pero no se quejaron ni una sola vez.

silouh · **Publicado:** 19 Mar 2014, 23:56

El Bien de Interés Cultural estaba en un estado tan lamentable que a los niños les costó reconocer que habían llegado allí. Desde luego, miedo no daba.
Había llegado el momento de iniciar la farsa y aún no tenía explicación de porqué iba a fracasar. Julián alzó los brazos, mientras que las niñas ponían su pose más modosita:
-¡Espíritus de los muertos! -gritó el chaval con voz recia y bien templada -¡Venid a nosotros! ¡Os traemos vino, huevo y miel!
Calló. Al cabo d un minuto bajó los brazos. Todo estaba en silencio "No ha pasado nada" pensó decepcionado "¿Y cuándo he esperado yo que pasara algo?" se recordó avergonzado a sí mismo.
-Si no quieren la miel y todo eso, nos lo podemos comer nosotros -apuntó Miriam bajito, porque ya empezaba a tener hambre
-Callate -le susurró Laila algo espantada

Carlos Urquijo · **Publicado:** 21 Mar 2014, 11:35

...Deseando leer la parte políticamente incorrecta. :wink:

silouh · **Publicado:** 23 Mar 2014, 01:35

Va por el final :oops:

Y como me estoy conectando a las tantas, hora española, pues puede que pase días yendo rapidito y no pueda seguir el cuento

silouh · **Publicado:** 24 Mar 2014, 00:08

4 -EL MUNDO DE LOS MUERTOS
Pero de repente vieron que de detrás de una piedra salía una chica. Vestía un velo rosa sujeto a la cola de caballo con la que se peinaba y a dos dedos, un top negro con lentejuelas y unos pantalones azules bombachos. [color=#0000FF]Era muy bonita, de pelo negro y piel clara, una versión de Laila con 15 años. Les miraba con curiosidad y tenía todo el aspecto de buena persona que podía desearse. Los chicos se asustaron algo al verla, por lo repentino de su aparición. Quien más se asustó fue julián, porque no tenía muy claro de dónde había salido. no se molestó en disimular sus emociones.
Habló primero la recién llegada:
-Hola, soy Aixa. A veces vengo por aquí para recordar viejos tiempos.
Los recuerdos no debían de ser muy agradables, adivinó Julián, porque los ojos de la joven revelaban una profunda tristeza que a los tres chicos vivos les entraron ganas de llorar.
La boca de la joven sonreía en un vano intento de ocultar sus emociones. Laila, escondiéndose detrás de Julián, le preguntó:
-¿Estás muerta?
Su hermano se puso colorado y trató de sonreir pidiendo disculpas. Miriam miraba a la chica casi de forma maleducada, esperando su respuesta.
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silouh · **Publicado:** 28 Mar 2014, 00:36

-¡Cómo que si estoy muerta! -les gritó la joven -¿Yo muerta? ¡Soy una princesa de los muertos, niña! Por eso puedo venir a la tiera cuando me da la gana
-Tenemos suerte de que hayas decidido venir hoy -trató de congraciarse Julián -Queremos entrar en el mundo de los muertos. "Y salir" pensó para sus adentros "Bien, mientras pienso en salir no pienso que tengo que entrar. Rajarme ahora sería absurdo. ¿Cómo es posible que haya funcionado?"
La chica los evaluaba con la mirada. Sus ojos parecían menos tristes, pero sólo un poco
-¿Tú eres morisca? -le preguntó a Laila[color=#0000FF]
-NO, soy marroquí y española -le contestó la niña muy digna
-¿Y qué relación tienes con esos cristianos tan blanquitos?
-Su padre se casó con nuestra madre -le respondió Julián algo seco.
-¡Una cristiana casándose con un moro...! Sin duda los tiempos han cambiado
-Para mejor -le replicó el chico, aún seco
-¿Nos llevas a la tierra de los muertos? -preguntó Miriam, impaciente ya -Tenemos ofrendas: vino, huevos y miel -soltó su discurso desde detrás de su hermano.
-¿Vino? ¿No sabéis que es algo impuro? -se escandalizó Aixa -Dejadlo aquí si queréis entrar ¿Y porqué queréis entrar? -se extrañó.
-Queremos pasar al mundo de los dioses -le aclaró el chico -Queremos hablar con uno para que salve el bosque que hay cerca de aquí.
Parecía que la joven iba a contestarles que no, pero de repente empezó como a dolerle la cabeza. Se le pasó pronto.
-Bien, pues, en ese caso sí podéis llevar el vino ¡No les gusta a los dioses ni nada...! En fin, quizá no debería dejaros entrar, eso de pasearse por ahí entre los mundos está muy mal visto, pero no creo que a mi gente le haga ningún daño. Seguidme[color=#0000FF][/color][/color]

silouh · **Registrado:** 04 Mar 2009, 21:59 **Mensajes:** 7812 **Ubicación:** Alicante

Lo hicieron, claro está, pensando poco para no asustarse. Dieron una vuelta a la piedra donde habían visto a Aixa... ¡Y allí estaban, en la tierra de los muertos!
Lo primero que vieron los niños fue un cielo azul, puro y brillante en el que navegaban tres nubes solitarias de n blanco casi cegador. Luego bajaron la vista y vieron dónde habían salido. Era un cementerio porque se veían lápidas, pero no se veían cruces. Sí se veía una casita blanca a pocos pasos de donde estaban. Era el único edificio a la vista.
-Debemos entrar en esa casa -les señaló Aixa -En la tierra de los muertos no se puede llevar nada que desentone con el espíritu del lugar. Debéis cambiaros de ropa.
Andaba y hablaba al mismo tiempo. Los niños la siguieron sin hacer preguntas. El interior de la casa estaba bien iluminado, pero los ojos de los chicos necesitaron unos segundos para darse cuenta, como pasa siempre que se entra en una casa desde un día muy soleado.
-Aquí se cambian los chicos y aquí las chicas -Aixa les señaló dos habitaciones una al lado de la otra. Ya sé que en el mundo de los vivos esas distinciones ya no se llevan, pero yo no pienso tolerar tales vergüenzas en mi reino.
Los chicos no se opusieron al las costumbres del lugar y entraron donde les correspondía. Julian vio unas preciosas ropas moras de todas clases y colores, de varias tallas y de hombre. Escogió una chilaba de color crema de seda muy fresquita y amplia. Al principio temía que aquella ropa picara, oliera mal o tuviera piojos, pero pronto se dio cuenta de que no iba a pasar nada de eso. Cambió también las cosas que había traído de la tierra en su mochila a una bolsa de las de allí, para no desentonar, y salió en cosa de cinco minutos.
En la casa no se veía a nadie, pero en la habitación donde se cambiaban las chicas se oían risas. El chico esperó un minuto. Seguían los cuchicheos. Llamó a la puerta con los nudillos. Oyó un "ya vamos" a tres voces. Siguió esperando. Tres minutos más, nueva llamada, nuevo "ya vamos". Cinco minutos.
-¡O salís ya o entro! -amenazó
Salieron las tres. Las gemelas iban vestidas igualitas: tops blancos de lentejuelas, una falda rosa casi transparente abierta a los lados y un velo azul que se recogían en la cabeza y en los dedos. Antes de que abrieran la boca atacó él.
-Vale, estais muy guapas, pero aquí hemos venido a lo que hemos venido.
-Chico, qué prisas -le reprochó Aixa sin acritud. También ella había disfrutado vistiendo a las gemelas como si fueran muñecas.

silouh · **Registrado:** 04 Mar 2009, 21:59 **Mensajes:** 7812 **Ubicación:** Alicante

Salieron de la casa y del cementerio, las niñas casi tropezando mientras se miraban cómo les quedaba la ropa. Julián quiso dárselas de intelectual, o al menos eso parecía por el tono de su voz cuando preguntó:
-En la tierra había otro cementerio ¿Es éste?
-Sí, sólo que éste es nuevo y lo será por toda la eternidad. No hay nombres en las lápidas porque todos sabemos bien cuál es la nuestra. El día que en la tierra dedicábamos a los muertos, ahora nos lo dedicamos a nosotros mismos. Para eso somos los muertos ¿no?
-¿Por eso estás tan triste, porque estás muerta? -preguntó Laila sin saber que estaba siendo impertinente. La tristeza, que había huido de los ojos de su guía hacía un buen rato, volvió a ellos,[color=#0000FF] aunque mitigada.
-Ya llevo muerta mucho tiempo como para que eso me afecte.
Continuaron caminando por un estrecho sendero rodeado por la misma tierra seca que habían dejado en su mundo, pero allí las plantas no parecían acumular polvo y no se veía nada de basura. Lo que sí se veía, al frente en la distancia, era un pueblecito blanco y reluciente, una isla en un mar inacabable de matas y algún árbol pequeño. También pudieron observar un par de cabras y varias ovejas pastando tranquilamente, sin pastor, cada cual por su lado, muy tranquilas, gordas y lustrosas
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silouh · **Registrado:** 04 Mar 2009, 21:59 **Mensajes:** 7812 **Ubicación:** Alicante

Llegaron al pueblecito sin toparse con nadie. No hacía calor, y el sol no quemaba como en la tierra por lo que el paseo fue muy agradable. Aixa les preguntaba cosas y ellos contestaban sin pensar. En cuanto pisaron la primera calle se dieron cuenta de que allí todo iba a estar limpio, ordenado y perfectamente medido, a pesar de que se veían algunas calles estrechas y tortuosas. El suelo estaba empedrado y las paredes relucían, al igual que el agua de las fuentes y las paredes encaladas de las casas. No tuvieron dificultades en reconocer el típico pueblecito del norte de Africa.
No tardaron en empezar a encontrar gente, todos se les quedaban mirando y les preguntaban muy amistosamente por su origen. Aixa se lo explicaba y ellos se asombraban y seguían a lo suyo. Todos iban muy limpios y eran guapos, sanos. Todos les desearon una feliz estancia. los vivos se sintieron muy arropados durante bastante rato, hasta que Aixa les reventó la burbuja:
-No os extrañéis de que nadie or haya invitado a su casa, vosotros, los dos rubios, les recordáis a sus asesinos.

silouh · **Registrado:** 04 Mar 2009, 21:59 **Mensajes:** 7812 **Ubicación:** Alicante

Esta última frase impidió cualquier consideración que hubieran podido comenzar a hacerse de porqué los lugareños tenían que ser más amables de lo que ya eran. Los chicos se avergonzaron. Laila, más valiente, pudo preguntar qué pasó.
-Nada de especial, una guerra de tantas. Llegaron unos soldados cristianos y mataron a toda la gente del pueblo porque eran musulmanes. Yo tuve suerte y me escapé, y pude enterrarlos y ponerles lápidas. El trabajo me llevó bastante tiempo, y cuando estuvo terminado me descubrieron.
No había ninguna emocián en la voz de la muchacha y sus ojos miraban al frente sin ver, indicando ambas cosas que estaba terriblemente afectada y no quería demostrarlo.
Vieron mujeres recoger agua con cántaros que cargaban sobre sus cabezas. Estas también les saludaron e interrumpieron con curiosidad sus tareas, pero no les ofrecieron parte de su carga.
-¿Aquí las casas no tienen agua corriente? -preguntó de nuevo Laila, aliviando así la tensión.
-Esta gente fue bastante feliz sin ella en vida, por lo que no les hace falta -les respondió Aixa sin asomo de sentirse ofendida. Siguió explicándoles -El mundo de los muertos recoge también el espíritu de los lugares y las cosas que ya no están en el mundo de los vivos, de esta forma, la gente lleva una vida muy parecida a la que vivió, pero sin los afanes ni las injusticias ni las desgracias que vienen sin avisar y que caracterizan al mundo de los vivos. Los problemas se quedan allí abajo, aquí todo es paz y alegría. Cuando Dios creó el mundo de los muertos fue muy generoso.

silouh · **Publicado:** 14 May 2014, 22:18

Al final llegaron a casa de Aixa, bastante cansados, pero sin polvo ni sdor. La joven vivia sola y de una manera muy sencilla, no como una princesa, en una típica casa morisca, limpia como los chorros del oro, ya que no podía ser de otra manera. Los sentó en unos cojines de lo más típico y se fue a la cocina a prepararles algo de comer.
-Vais a probar unos dátiles que ya veréis qué buenos. Y leche de cabra con miel que está bien fresquita.
-Muchas gracias, nosotros hemos traído bocadillos y huevos duros ¿Quieres un poco? -le agradeció Julián uniendo la acción de sacar todo eso de su mochila a la palabra dicha.
-Muchas gracias, chicos, pero guardáoslo. En el mundo de los dioses tal vez lo necesitéis. A ellos les encantan las ofrendas.
Así, comiendo y charlando pasaron un rato la mar de a gusto. Medio desperezándose, Aixa dio por terminado el descanso cuando ya no quedaba ni un dátil.
Los chicos habían ido acumulando miedo gota a gota desde que habían entrado en el mundo de los muertos. En ese momento el nivel ya estaba lo bastante alto como para hacerse sentir. O eso, o que los dátiles les habían sentado mal. julián se riñó a sí mismo e hizo propósito de enmienda. Y le echó la culpa a los dátiles

silouh · **Publicado:** 06 Jun 2014, 13:12

-Ahora os llevaré al mundo eterno. Habéis pasado la prueba
-¿Qué prueba? -casi chillaron los chicos, alarmados
-La de la comida del mundo de los muertos ¿Nunca os han contado que si comes la comida de los muertos te unes a ellos?
Los chicos se levantaron de golpe, muertos... pero sólo de miedo.
-Tranquilos, les calmó su anfitriona -El que no hayáis muerto significa que los dioses desean que sigáis vuestro camino. Como comprenderéis yo no iba a llevaros al mundo eterno así como así, me hubiera metido en un buen lío. Yo estoy aquí para guardar las puertas. Mejor nos vamos ya ¿O queréis quedaros aquí?
Como conocía la respuesta echó a andar sin mirar atrás y los chicos la siguieron, ahora algo enfadados.
Aixa les fue explicando cosas del mundo eterno mientras caminaban hacia su destino. A los terrestres se les fue pasando el enfado, pero tenían ganas de salir de allí, no en vano aquélla era la tierra de los muertos

silouh · **Publicado:** 07 Jun 2014, 11:12

6- EL MUNDO ETERNO
La puerta estaba en una mezquita, sencilla, copia de la que habían tenido los lugareños en vida. Allí seguían rezando a Dios. Pero cuando Aixa empujaba las puertas era diferente. No entraron en ningún lugar, sino que salieron al Mundo Eterno, en concreto a una calle asfaltada, muy ancha, que se perdía en el horizonte. Frente a ellos vieron casitas de una planta, con ventanas estrechas y en forma de herradura. Cada una tenía su jardín. Los chicos se giraron para ver más: una plaza redonda en cuyo centro estaba la mezquita, mucho más grande que aquélla que habían dejado y decorada en un estilo más moderno. Luego calles amplias que se perdían en el horizonte y casas bajas, aunque de lejos se adivinaban bloques de pisos. La sensación que les invadió fue de total y absoluta libertad. Julián gritó con todas sus fuerzas, pero evitando que le saliera la voz, porque no quería molestar, ni llamar la atención de nadie. Aixa también parecía estar a punto de desmelenarse:
-Yo os tengo que dejar aquí -les dijo -No tengo permiso para venir a este mundo si no es en ocasiones muy especiales. Siempre que he venido me ha encantado.
-¿No te dejan quedarte todo lo que quieras? -le preguntó Laila mirando a todas partes, como si no le interesara la respuesta.
-¡Claro que no! Yo sólo soy una muerta. Adiós -se había vuelto a poner un poco triste.
Se metió de nuevo en la mezquita y cuando los chicos se dieron la vuelta para despedirse ya se había ido.
-Se ve que no le gustan las despedidas -reflexionó Miriam
-Me gustaría volver a verla otra vez -apuntó Laila.
-Nunca se sabe... -puntualizó Julián, quien sabía que aquéllo era prácticamente imposible. A él también le gustaría volver a verla.
-No ha sido tan difícil -reflexionó Laila
-Probablemente sólo hemos tenido una suerte increíble -razonó Julián -Pero recordad que aún no hemos salvado el bosque ni vuelto a casa

silouh · **Publicado:** 14 Jun 2014, 17:15

La calle había estado desierta hasta ese momento, pero de repente ante ellos apareció un hombre de piel oscura y pelo ensortijado con un alfanje al cinto. Se dirigía despreocupado a un descapotable rojo aparcado lgo lejos. Cuando se dió cuenta de su presencia se quedó perplejo, pero se encogió de hombros, subió alcoche de un salto, para lo cual tuvo que arrojar su espada al asiento del copiloto y arrancó pasando de cero a cien en segundos, no sin antes poner música a tope, algo anticuada. Los niños no la reconocieron. Les hizo un saludo con la mano y les sonrió antes de perderse de vista. Ellos no reaccionaron a tiempo para responder, se quedaron con una sonrisa idiota en la cara y muy nerviosos, pero se les pasó pronto, en cuanto comprendieron que no iban a ver a nadie más. Por si se equivocaban, Julián echó a andar.
-¿Recordáis todo lo que nos ha explicado Aixa? -preguntó Julián a las gemelas.
-¡Sí! -contestaron éstas cuadrándose como en el ejército.
-Debemos encontrar una puerta al mundo de los dioses -les recordó su hermano por si acaso -Pero hay que ir con cuidado porque aquí están vigiladas.
-La mayoría de los habitantes del mundo eterno son inmortales -le interrumpió Miriam haciéndose la lista -y creen que por ello deberían vivir con los dioses, pero los dioses no los quieren en sus reinos.
-Por eso intentan entrar a toda costa y los habitantes sensatos de este mundo deben proteger las puertas, para que los dioses no se enfaden -siguió Laila.
-Debemos recordar que una puerta puede ser doblar una esquina, tanto para ir al mundo de los dioses como para ir al mundo de los muertos o volver al nuestro -aleccionó Miriam, muy animada y con ganas de comerse aquel mundo.
-¡Adelante, pues! -terminó Julián, bastante menos animado, y echó a andar, cruzando la calle desierta. Las gemelas lo siguieron.

silouh · **Publicado:** 30 Jun 2014, 11:53

-Oye Julián -preguntó Miriam con cierta preocupación en la voz -Ese hombre que hemos visto ¿No se habrá alarmado de vernos aquí? A esta gente no les deben de gustar mucho los extranjeros.
-Es posible -le contestó el hermano disimulando una preocupación reciente por ese encuentro -pero no podemos hacer nada. Lo mejor es que nos alejemos de aquí.
-Por lo menos nuestras ropas parecen adecuadasv-opinó Laila mirándose. Lleveban los vestidos que les había dado Aixa.
-Espero que aquí no tengan nada contra los rubios -opinó Miriam.
Julián prefirió concentrarse en la búsqueda y no opinar, no se quería dejar llevar por el miedo. Pero de pronto se dio cuenta de que en realidad no tenía nada de miedo, sino que se sentía eufórico. El miedo se lo intentaba meter en el cuerpo su sentido común. Decidió no hacerle caso.
Estuvieron andando durante mucho rato, cruzándose con gente extraña que los miraba de un modo aún más extraño. Un par de chicos morenos y con una chilaba muy parecida a la de Julián empezaron a seguirles disimuladamente, pero los terrestres decidieron no darse por enterados, al menos mientras no los atacaran.
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silouh · **Publicado:** 09 Jul 2014, 11:06

Pero a las dos horas de caminata se dieron cuenta de que se habían perdido, que no reconocían ninguna puerta, que estaban agotados y que la gente había dejado de hacerles caso, hasta los dos chicos que los seguían parecían haberse cansado de ellos.
-Bueno, ya está bien -soltó Julián de repente -Ya no ando más.
Se sentó en el bordillo de la acera, las gemelas se sentaron a su lado, a punto de quedarse dormidas.
-¿Y qué vamos a hacer ahora? -preguntó Laila con voz de sueño -Podríamos haberles preguntado a los chicos que nos seguían.
Julián se había levantado para saludar a una mujer que venía por su lado que parecía tener intenciones de dirigirse a ellos, lo que hizo.
-Hola niños -les saludó con tranquilidad -Parece que os habéis perdido.
-Sí señora, eso hemos hecho -le contestó el chico resignadamente.
-Pobrecitos míos -se compadeció la mujer -Estáis hechos polvo. Venid a mi casa a refrescaros un poco.
-Muchas gracias señora -contestaron los tres a la vez -pero no queremos molestar.
-No es ninguna molestia, es mi trabajo, soy la guardiana de la puerta de este lugar. Unos chicos me habían avisado de que había extranjeros y os han descrito a vosotros
-¡¿Sabe dónde hay una puerta?! -se le lanzaron los tres casi como buitres.

silouh · **Publicado:** 19 Jul 2014, 23:24

-Mirad, chicos -les contestó la mujer -Estos temas son delicados y complicados, y hay que hablarlos en un sitio fresco y seco, protegido de los rayos solares. Vamos a mi casa.
-Por supuesto, señora, no queríamos parecer desagradecidos. Yo me llamo Julián y estas son mis hermanas Laila y MIriam.
-Encantada, soy Sana -La mujer ya había comenzado a andar. Los chicos le habían tendido la mano pero ella no hizo caso. Además no podía habérsela cogido porque cargaba con una bolsa de supermercado en cada una de las suyas. Los chicos, al darse cuenta, se ofrecieron a llevárselas, pero ella se negó. La verdad es que no parecían muy cargadas.
-Ser guardiana de la puerta en este mundo es una tremenda responsabilidad. Los dioses se toman muy a mal que pase quien no debe. Encima vosotros venís del mundo de los muertos, lo que está aún más prohibido.
-En realidad venimos del mundo de los vivos, de la Tierra, y queremos llegar al mundo de los dioses para hablar con uno en concreto -le explicó Julián. Ya que estaban en un lío, mejor contarlo todo, perjudicar no podía
-¿Y Aixa os ha abierto la puerta? -se extrañó la mujer
-¿Conoce a Aixa? -preguntó Lila
-Pues claro -le contestó la mujer -Es una guardiana de la puerta, de una puerta que da a mi mundo. Es mi deber conocerla. Una chica muy maja, y bastante responsable. Me sorprende que os dejara pasar.
-Según ella, pasamos la prueba -informó Julián.
-En fin, yo os pondré otra prueba, pero me extraña que el pasarla os sirva de algo, os veo muy rubitos, no creo que podáis atravesar las puertas de mi territorio

silouh · **Registrado:** 04 Mar 2009, 21:59 **Mensajes:** 7812 **Ubicación:** Alicante

-¡Siempre con lo mismo! -se quejó el chico -¿Aquí también nos odian?
-Aquí se odia poco, jovencito -contestó la mujer -sólo que en este momento estamos en guerra con un pueblo de rubitos como vosotros. Si no fuerais niños, lo habríais pasado mal, pero os ven como inofensivos. Los vigilantes os estuvieron siguiendo un rato y luego vinieron a avisarme de que estábais por aquí.
-¿Usted tambien nos odia? -preguntó Miriam con su cara más triste, para enternecer a la mujer.
-No niña, yo no... Yo viví en la Tierra antes de renacer aquí, y me casé con un rubio, y tuve tres hijos, y se parecían mucho a vosotros cuando los perdí. O sea, que soy vuestra amiga. -sonrió ampliamente a Miriam al decir esto, y la chiquilla le devolvió la sonrisa, aún más amplia.
-Ya hemos llegado -les dijo, parándose ante la puerta de una casita morisca con ventanas estrechas en forma de herradura, como la puerta, que era doble. Estaba rodeada de un jardincito muy mono con fuentecitas y tenía una sola planta, pero era grande. No se diferenciaba en casi nada de las otras de la calle.
Abrió primero la puerta del jardín y después la de la casa, siguió hasta la cocina, con los niños detrás, porque no sabían qué otra cosa hacer. Sana abrió un armario de la cocina y sacó cuatro vasos de plástico grandes, cada uno de un color, luego abrió la nevera y sirvió en ellos refresco de cola, por lo que parecía. También sacó cosas para picar y les ordenó lavarse las manos, para lo cual les llevó al baño, que era muy moderno, con grifos monomando y todo. Entraron primero las gemelas y después el chico. Luego fueron al salón, decorado con cojines y mesitas bajas.

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EN BUSCA DEL DIOS DEL BOSQUE (cuento)

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