Os encontré por casualidad y después de leer un poco he decidido presentarme.
La verdad es que me he pasado casi toda la vida sin pareja. Y siempre huyendo del contacto íntimo. Mis amigos piensan que soy una reprimida, porque alguna vez he afirmado que se puede vivir perfectamente sin sexo, pero no es eso. Con mi última pareja, llegué a tener relaciones sexuales, porque era lo que se esperaba de mí. Conseguí evitarlo durante varios meses, pero la situación se hizo insostenible y al final me dejé llevar. Pero cada vez que se presentaba la oportunidad de pasar una noche, un fin de semana o similares juntos, ponía mil excusas de obligaciones adquiridas para no estar con él y no tener que pasar por eso. Al final accedí a tener sexo de vez en cuando (muuuy de vez en cuando) y durante todo el tiempo en lo único que pensaba era en que se acabara lo antes posible y darme la vuelta y dormir sin pensar en nada (y sin que me tocara de ninguna manera, ni un abrazo). Me he sentido terrible por todo esto, injusta con él y al final me ha llevado a terminar la relación, encima con un sentimiento de traición (más a mí misma que a otra cosa) y de arrepentimiento en la que apenas quiero pensar por no angustiarme.
Lo malo es que de esta experiencia y a pesar de haber usado protección, encima mi pareja me contagió el VPH y un tipo de alto riesgo oncogénico. Lo más genial es que él me acusa a mí de habérselo contagiado a él y de haberle engañado con otras personas. Algo imposible, pues nunca había tenido contacto íntimo con nadie hasta él, pero, claro, tampoco me atrevo a contar esto, porque a mis más de 30 años temo horriblemente los comentarios que puedan hacer al respecto. Así que lo he dejado correr y estoy en un estado lamentable, llorando por las esquinas y sin saber qué hacer.
Ya me planteé hace años que podía ser asexual, pero me daba la impresión de que no terminaba de encajar, porque me gusta la intimidad, me gustan los abrazos y algún beso de vez en cuando, pero tengo muchísimos problemas para pasar de ahí. Adoro la idea de pasear cogidos de la mano, de viajar, de hacer cosas juntos, de compartir mi vida con alguien. Pero sin intimidad, por favor. Mi cuerpo puede llegar a reaccionar, por lo que una pareja no se cree que no me apetece hacer nada, pero es algo fisiológico que no tiene nada que ver conmigo, con mis sentimientos y con mi cabeza y corazón. De hecho, me siento traicionada por mi cuerpo en esas ocasiones porque no siento ningún tipo de atracción sexual, a pesar de la reacción.
Todo esto ha derivado en una autoestima lamentable y siento que he tocado fondo. No sé si esto que os cuento os suena o tampoco cuadro por aquí. Siento el tochazo. Gracias por haber leído hasta aquí.
|