Veo que ya han salido varias de las cuestiones que tenía pensado plantear en mi otra respuesta, pero que por no alargar mis parrafadas lo dejé simplemente en esas otras dos cuestiones (la construcción social/cultural y la teoría de que supuestamente seamos arrománticos hasta que descubramos lo contrario).
Como diría Jack el destripador: vamos por partes.
Es muy difícil ser romántico o enamorarse viéndolo todo desde el punto de vista racional y objetivo. El amor romántico en sí, al menos por lo que veo en otras personas, suele ser algo totalmente irracional. Algo que, generalmente, parece sentirse sin ningún (o casi ningún) motivo aparente, por personas que tal vez ni siquiera pintan nada con la persona que se enamora, y de forma muy variable y casi "bipolar" (un día te enamoras de alguien y le ves como "lo más importante de tu vida", al siguiente pasa a ser "la persona que te jodió la vida", y luego conoces a otra persona y vuelve a ser "lo más importante de tu vida").
Si nos ponemos a ver todo esto con demasiada racionalidad, nos damos cuenta de que la mayoría de veces no tiene ningún sentido, y aquello que podamos sentir se desvanece casi antes de sentirlo. Con lo cual no quiero decir que no pueda existir realmente lo que llaman "el amor verdadero" (refiriéndome dentro de lo que es el amor de pareja), o que no haya parejas "de verdad", "de las de toda la vida" (aunque parecen estar en peligro de extinción). No soy un "anti-romántico" ni nada por el estilo xD.
Por otro lado también está el tema de la reciprocidad. Un@ puede estar perdidamente enamorad@ de otra persona, y esa otra persona no sentir absolutamente nada por ese/a un@ (de hecho es lo más típico). De ahí que, mezclándose con el punto anterior sobre la racionalidad, ese sentimiento tienda a desvanecerse tan rápidamente sin ni siquiera llegar a plantearse nada. Además, por lo que veo también en otras personas (y por lo que suele pasar también con las amistades), no suele haber una balanza recta en todo esto. Casi siempre suele pasar que uno de los dos está más enamorado que el otro, a veces siendo mucha la diferencia y llegando a suponer serios problemas hasta que se rompe la relación.
Y esto también se mezcla con el tema de la superficialidad y la atracción física. La mayoría de gente es demasiado superficialidad, y aunque alguien tenga todo -o casi todo- lo que alguien suele atraerle en otra persona, si esa otra persona no le resulta atractiv@ lo más probable es que ni siquiera se plantee nada con él/ella. Eso de que "lo que importa es el interior" se dice mucho, pero la realidad es que la mayoría de gente ve el físico como algo imprescindible y sólo valoran el interior si el exterior también les atrae. Lo cual por otro lado es algo contradictorio, porque sé de gente que dice lo típico de que "para algo de una noche le da igual" pero nunca saldrían con alguien "fe@" (según los cánones generales de "belleza") como pareja. O sea, que se suele valorar más el físico para relaciones de pareja que para tener sexo, aunque el amor de pareja no tenga nada que ver con el sexo ni el físico.
Sobretodo esto último sobre la superficialidad es un serio problema que hace que algunos lo tengamos realmente difícil aunque alguna vez nos podamos enamorar. Hay gente que valora más el físico y otr@s que menos, pero el caso es que -casi- todo el mundo suele darle algo de importancia, por poca que sea en algunos casos. Y personalmente me parece algo totalmente absurdo, como también lo sería darle importancia al nombre y apellidos. En ambos casos se trata de cualidades que nadie elige por su propia cuenta. Es lo que "nos ha tocado", y es injusto que el resto de cualidades positivas pierdan importancia cuando no se cumple las expectativas en la atracción física.
Me ha gustado leer también todas las parrafadas que habéis aportado al debate, aunque lleve unos días sin participar por aquí