Una mujer puede violar a un varón, aunque obviamente no va a meter ella su pene en la vagina de él, salvo transexualidad. Se puede violar de muchas maneras. En una comedia de Aristófanes las mujeres aprueban una ley de "derecho de pernada" y tres viejas violan a un jóven para que tuviera derecho a acostarse con su novia. Las funcionarias de prisiones franquistas violaban a las presas por lesbianismo como parte de la "terapia correctiva". Seguro que se incluso se conocen técnicas (aunque yo las ignore) para lograr una erección sin excitación mental.
Tecnicismos aparte, como ya he dicho antes, para un varón si que es veronzoso reconocer que ha sido violado, lo que contribuya a su silencio. También por la misma razón son invisibles los casos de violencia conyugal sobre el marido. Recuerdo un caso en Hospital Central de un albañil que ocultaba como accidentes laborales las palizas de su mujer. El machismo estructural es más cruel contra estas víctimas que con las víctimas femeninas. La incidencia demográfica no importa cuando hablamos de derechos.
En este caso, además, las hembristas (incluyendo cierto miembro del gobierno español que habla mucho de género pero demustra no saber qué es el epiceno) son parte interesada en la invisibilidad de esta violencia. Como ya escribí en otra parte de este foro, era menos discordante Josu Ternera en la comisión de Derechos Humanos que la de esta ministra en Igualdad. Les conviene invisibilizar este tipo de violencia porque dejaría el descubierto que no son sino discriminadoras en el sentido opuesto y que no sólo no están solucionando los problemas de las mujeres víctimas del machismo, sino que además están envalentonando a los machistas por polarización y dejando a los varones de buena voluntad entre la espada hembrista gubernamental y la pared machista social.
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