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Recientemente se dio un cambio en el sistema mundial de decisiones económicas. Ahora en lugar de ser el G7 o el G8 quien tome las grandes decisiones, será el G20, grupo que incluye a doce países en vías de desarrollo y no solo a grandes potencias como era hasta ahora.

Este cambio es sutil, pero es un ejemplo de como la reciente crisis financiera si fue capaz de provocar cambios en el "sistema".

Imagino que una corrección política como esta, hará que las cosas retomen su rumbo normal. Es decir, que en unos meses o unos pocos años, dejaremos de oír de la actual crisis financiera y pasaremos a concentrarnos en nuevos retos.

Lo que más me llama la atención sin embargo, es el hecho que el capitalismo no haya naufragado ni llegado a su fin... ¿donde estarán aquellos que predijeron tales sucesos hace menos de un año? Que falta de seriedad la de no haber hecho una predicción capaz de ser minimamente certera o de al menos, venir e informarnos de que sus premisas las han ajustado en función de los nuevos hechos.

Pero no presten atención a esto ultimo... es solo un ataque de "te lo dije" que estoy experimentando desde hace unos días. Entonces pido disculpas desde ahora si alguien se siente identificado.

A mí se me dijo hace un año que el capitalismo estaba en sus ultimas, por lo que estaba próximo (cuestión de meses) un fenómeno social tipo la desintegración de la Unión Sovietica... pero protagonizado esta vez por los Estados Unidos y la Unión Europea.

Esa visión apocalíptica falló, ya que pasó el tiempo y no ocurrió el fin del capitalismo. Por favor, vean que la cosa no es establecer una nueva fecha para el fin, sino actualizar la forma en la que vemos al mundo.

TroyDash esta a un paso de comprenderme. Dice que quizás no tengamos imaginación ya para pensar en algo nuevo... por lo que yo concluyo que debemos dejar de soñar los mismos espejismos del pasado pues solo así podremos tomar impulso y cambiar lo que haya que cambiar.

Lo curioso es que nadie cambiará nada y al final cambiará todo.
Por cierto, que ha aumentado el paro y hay más dinero que nunca en la calle: la economía sumergida ha crecido el 30% durante esta crisis (en España) por ahí iba yo con lo de la desintegración del sistema, si es que lo he comentado aquí: cada vez más transacciones comerciales al margen de las leyes, cada vez menos dinero para el estado y más a las economías privadas.
Me preocupa cómo se van a llevar a cabo grandes proyectos si el estado se debilita demasiado, parece que volvemos a la Edad Media

Bueno, eso es exagerar silouh. Venezuela tiene unas cifras económicas horribles y sin embargo no estamos yendo a la edad media. En realidad nuestro destino parece ser el siglo XIX

Entonces, ¿en que momento te recuerdo tu predicción para que la evalúes de nuevo? ¿En un año? ¿O llegar a la edad media le va a tomar más tiempo a España?

Cuando yo hablo del comunismo, trato de partir del mismo punto del que parten los comunistas. De la misma forma, si hablo del cristianismo, comienzo en el evangelio y quizás del judaísmo. Entonces, lo justo al hablar del capitalismo es partir del mismo lugar de donde lo hacen los economistas adeptos a este sistema y no de cualquier otro lugar, sin importar cual sea este otro.

No hacer lo anterior es injusto y causa ruido en la conversación, pues uno no termina nunca de saber si se han entendido las ideas del otro, por haber tenido puntos de partida tan diferentes.

Y en ese sentido el punto de partida del capitalismo no es el deseo.

Aun más, decir que "solo tiene una premisa" es aun más ciego. ¿Seguro que es así y así es como se enseña a quienes lo estudian y practican?

Vaya, si te respondo a eso sería la tercera vez en el día que te digo lo mismo. Las discusiones fructíferas tienen una reglas implícitas que de un modo u otro pretendes saltarte.

Así que mejor paso a otra cosa.

La base del capitalismo es una pregunta. Una simple pregunta que es urgente e interesante y muy difícil de responder a plenitud. Que yo sepa, el primero en formularla claramente fue Adam Smith, quien la dijo en estos términos:

¿Cual es la causa de la riqueza de los países?

El intentar comprender esta pregunta y darle respuesta plena, es el fundamento de la teoría capitalista y sus frutos han ayudado a las naciones a mantener e incrementar su prosperidad material.

Por otra parte, esta pregunta no es la pregunta fundamental de la vida. Por esto, es completamente legitimo dirigir a las sociedades con principios adicionales ajenos a la teoría económica, siempre y cuando en los límites de su aplicación, se reconozca lo encontrado por la economía como valido y no se pretenda sustituir esto por caprichos.

Fundar al capitalismo en otro lugar, sería simplemente hablar del mito creado por aquellos que se oponen a este, en lugar de tratar de comprender de buena fe lo bueno que tiene para ofrecer el capitalismo.

Y cosas buenas que ofrecer tiene, es harina de otro costal saber si son muchas o pocas o si las aceptamos o no. Pero si hay gente buena y honesta estudiando economía entonces es que no todo es malo con el capitalismo.

pos gracias jefe intentare hacerlo lo mejor posible.

voy a usar un ejemplo mas o menos grafico:

imaginemos la construccion del edificio mas grande del mundo, estilo torre de babel, bien se definen innumerables recursos y se elije un lugar para su edificacion, logico se supone debe ser el mas estable, las naciones se organizan adecuando sus economias para el objetivo comun, se le asignan a los paises las cuotas de recursos que deben aportar, de trabajadores que deben de aportar... etc..etc.

no me extendere, pero vamos al grano se instala una economia mundial de libre mercado en donde todo el mundo esta enfocado en la produccion y diseño de nuevas tecnologias con la finalidad de construir dichosa torre.

me diras pero esto que tiene que ver con la economia, pues me ayuda a definir mi idea de que es una parte organizativa de una maquinaria mas grande, esta en servidumbre al objetivo comun, sus avances, su desarrollo, sus tecnologias todo lo que obtiene la economia y las diversas ramas { (que llamaron ciencias) (tambien los jurados y tribunales) y otras a lo cual pongo etc etc etc... pues estoy enfocado solo en la economia } que componen las herramientas de que dispone la sociedad estan en servidumbre al objetivo a cumplir, como ya dije un objetivo comun.

ya milagroso el edificio esta a punto de terminarse , los dirigentes de las naciones estan felices, los cientificos y los universitarios pues seguro estaran mas que felices, el alto grado de desarrollo es descomunal.

bueno ya todos sabemos que le paso a la torre de babel, pues justo antes de terminarse se dieron cuenta que habian olvidado para que se habia construido esa torre, y tomaron conciencia de que habian consumido importantes recursos humanos y materiales para algo que realmente no le sirve a nadie, claro sin menospreciar al que tuvo al brillante idea de construirla y a quienes la secundaron, bueno en mi historia que nada tiene que ver con las historias biblicas con similitudes anteriores pues es una historia original XD.los pueblos cayeron en depresion y zas se desata una guerra que lleva a utilizar tremendo desarrollo para obligar a los demas a entender que fue el otro quien tuvo la culpa.

jeje esto va mas bien para juego de wii.

el objetivo del capitalismo es proveer de recursos al ser humano para satisfacer sus necesidades, pero el objetivo comun hoy en dia es satisfacer nuestro EGO (torre de papel) no importa que desarrollo tecnologico se obtenga en el camino, no importa que se destruya o consuma con tal de obtener el objetivo SATISFACER NUESTROS DESEOS.

que importan todos los avances y desarrollo en materia social y de justicia si el camino que estamos siguiendo es hacia nuestra autodestruccion y llevamos a nuestro mundo con nosotros?????

en un post puse el ejemplo de nadar contra la corriente, pues ya es normal para mi que mis ideas sean consideradas una idiotes o estupidez, no te preocupes por eso, lo que es importante para mi es poder plantearlas y defenderlas y darme cuenta el de por que estan equivocadas, pues solo no es posible hacerlo.

Curiosos puntos de vista. Hay una manía moderna (o postmoderna) de hablar mal en contra del capitalismo. Es curioso sobre todo si tomamos por bueno el punto de vista de Troy y decimos que este sistema es simplemente un medio eficaz de proveer recursos a la población. En países como Venezuela donde la pobreza abunda y las oportunidades son escasas, es obvio que con un sistema que genere mayor número de recursos estaríamos más cerca de la solución de nuestros problemas.

Es decir que quizás parte de los males del mundo sea un capitalismo insuficiente, no un exceso de este.

Si vemos el caso de los países explotados por regímenes coloniales o sometidos a guerras y a malos gobiernos, veremos que el sistema económico que impera en estos no es el capitalismo productivo capaz de dar recursos a una causa superior, sino que existe alguna variación de sistema de subsistencia y depredación de la naturaleza.

En tanto que en países ricos donde la gente incluso se da el lujo de hablar mal del capitalismo, vemos que la moneda es estable, que hay reglas que garantizan la competencia, que los tribunales son independientes, que hay división de los poderes, que hay prensa libre, que hay respeto por la propiedad privada, y así un largo etcétera que fundamenta el pensar que en estos países impera el capitalismo.

Siva de respuesta en el hilo y de homenaje al nobel de la paz otorgado hoy.

Comienza el fin de la pesadilla, aunque nos quede aún mucho camino por recorrer. La victoria de Barack Hussein Obama en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha de poner punto final a uno de los periodos más tenebrosos de la historia del mundo, en donde la gobernación de los necios, cuando no la de los canallas, se ha impuesto por doquier.El balance final de la gestión de George W. Bush al frente de los destinos de su país no puede resultar más desastroso. Ha empobrecido la economía mundial; ha generado dos terribles contiendas armadas para las que no se ve solución inminente y que han provocado innumerables víctimas; ha canonizado la tortura; ha vulnerado repetidamente la legalidad internacional y ha destruido el prestigio de América. El mundo es peor después de Bush, es decir, por culpa de Bush. Nos deja un legado tan miserable moral y materialmente que pasará al menos una década antes de que podamos recuperarnos de la postración actual. Ésa es la dura tarea que le aguarda al primer afroamericano titular de la Casa Blanca.
Los errores del presidente Bush no resultan sólo de sus parvas condiciones para el ejercicio del poder, sino, sobre todo, de la reiterada aplicación de una doctrina injustamente apellidada de liberal que ha subvertido los principios de la democracia en nombre de su defensa. Desde la ideología neoconservadora se ha intentado imponer la democracia a sangre y fuego; se ha debilitado el papel de las instituciones; se han agudizado las diferencias sociales; se ha multiplicado la división y la crispación interna; se ha abdicado del diálogo y se ha renunciado al multilateralismo. Finalmente se ha arruinado a millones de familias trabajadoras y se ha permitido que un puñado de banqueros rapaces pusiera en peligro el sistema de pagos mundial, ante la impasibilidad, o gracias a la complicidad, de muchos gobernantes. La tarea de Naciones Unidas ha sido boicoteada, mientras en sus tribunas los representantes de Bush mentían descaradamente para justificar la agresión armada contra Irak, un país regido por una detestable dictadura pero que no constituía amenaza alguna para la paz mundial. Si finalmente se lograra instalar allí un régimen estable y democrático, habría sido a costa de las vidas de cientos de miles de ciudadanos inocentes y de varios miles de soldados estadounidenses. Éste es el balance del que son directamente responsables los señores Bush, Blair y Aznar, y por el que todavía esperamos que muestre arrepentimiento el actual presidente de la Comisión Europea, anfitrión complaciente del triunvirato que ordenó la invasión.
La victoria de Obama se produce en momentos de extraordinaria gravedad para la gobernanza mundial. Lo que comenzó como una crisis de la banca norteamericana, producida por el uso y abuso de productos derivados sin ningún tipo de control, ha terminado por convertirse en algo muy cercano a una depresión económica general. Millones de desempleados se incorporan a las filas del paro mientras cierran miles de empresas, la banca es nacionalizada en muchos países y el dinero de los contribuyentes corre a salvar el sistema financiero. Ni una sola de las instituciones encargadas de que la catástrofe no se hubiera llegado a producir -¿para qué hablar de quienes las dirigen?- supo evitarla, ni tampoco ha sabido reaccionar en forma y tiempo ante la tormenta que se nos venía encima.
Algunos pueden suponer que esta acumulación de problemas políticos y económicos es solamente casual, o fruto de una coincidencia. Responde sin embargo a un hecho fácilmente constatable: la globalización, impulsada a la velocidad de la luz por las nuevas tecnologías, se ha impuesto de manera descontrolada y, cuando se la ha querido gobernar, se intentó hacerlo desde una mentalidad imperial y un poco histriónica. La actual no es una de las clásicas crisis cíclicas del capitalismo, sino un nuevo aviso, el más serio de todos hasta el momento, de que asistimos a un cambio de paradigma en el que los problemas planetarios no pueden ser resueltos por las instituciones nacionales o locales, y en el que el embeleco del unilateralismo ha fenecido estrepitosamente. El Estado ha recuperado un inesperado protagonismo como apagafuegos de la situación, pero los Estados por sí solos, por grandes y poderosos que sean, no bastarán para poner orden en la convivencia mundial si no se reforma e impulsa el papel de las agencias globales (Fondo Monetario, Banco Mundial, Organización Mundial del Comercio) y el sistema de las Naciones Unidas. La emergencia de nuevos actores (China, India, Brasil), la decadencia del liderazgo de Occidente, el creciente desconcierto de la Unión Europea, la irrisión que provocan tantos expertos económicos, incapaces de predecir o evitar los descalabros y absortos a la hora de buscar soluciones, son cuestiones que agitan hoy las opiniones públicas de muchos países. El desprestigio del modelo de crecimiento y de los estándares morales impuestos por los neocons americanos es total. Deberían aprenderlo los neoconcitos españoles que todavía pululan por los aledaños de la oposición al Gobierno.
La elección de Barack Obama responde a un sentimiento de hartazgo y desconsuelo de la población americana que comparten muchas sociedades de otros continentes. Es, también, una respuesta generacional, una protesta de los jóvenes contra la autosatisfacción culpable de las clases dirigentes. La construcción de algo parecido a un modelo de gobernanza mundial no puede dedicarse sólo, ni principalmente, a la ordenación del sistema financiero. Los poderosos del mundo han de hacer algo para superar las desigualdades y desequilibrios sociales crecientes, tanto en el interior de los países como en la escena internacional, so pena de condenar nuestras democracias a la inestabilidad y la inseguridad.
Es tan grande la desilusión de las poblaciones y resultan tan desmesuradas las esperanzas puestas en el todavía joven senador que acaba de alzarse con la presidencia americana, que conviene poner sordina a las expectativas de una pronta mejoría de la situación. No hay que hacerse muchas ilusiones sobre la reunión del G-20 prevista para el próximo día 15 de este mes. No es probable que de ella salga nada más concreto que un calendario, y esto ya sería un éxito, para ponerse a trabajar seriamente a partir de la toma de posesión de Obama. Es seguro que éste entrará en contacto con los líderes mundiales antes de las ceremonias de traspaso del poder y parece que al menos se entrevistará con Sarkozy, como presidente de la Unión Europea, y otros gobernantes foráneos a fin de analizar la situación. Pero poner a Bush y al secretario Paulson a tratar de arreglar los destrozos que ellos mismos han causado es como meter a la zorra en el gallinero.
La reconstrucción tomará tiempo. No me refiero sólo a la económica, que no será más que el reflejo y la consecuencia del esfuerzo y el emprendimiento humanos, sino sobre todo a la recuperación moral, al restablecimiento del concepto de ciudadanía, a la limpieza de la vida pública y al rescate del compromiso intelectual. Es la hora de la política y ésta reclama líderes, gente con visión, con determinación y con coraje. Obama tiene todo el aspecto de ser uno de ellos. Su elección marca un hito histórico en el devenir mundial y es el fin de los clichés sobre la democracia americana, pionera tantas veces en la defensa de las libertades y en la búsqueda de la modernidad, pero subyugada durante décadas a las manías y las conspiraciones de un puñado de fundamentalistas reaccionarios. Hace ahora seis años que en un artículo sobre el atentado a las Torres Gemelas recordaba yo una poesía de Langston Hugues, el más celebrado e importante de los poetas afroamericanos: Let America be America again. Que América fuera América de nuevo era la ambición y el destino de este memorable escritor, que debería haber vivido para ver cumplida su ilusión. Con la llegada a la Casa Blanca de Barack Obama, América puede volver, por fin, a sus raíces y redescubrir lo mejor del legado de los padres fundadores, allí donde residen el aliento de la libertad y la pasión por la solidaridad. Ésta es condición indispensable para que el mundo salga del agujero en que se ha hundido. Ya se encargará la realidad de poner límites al sueño.

Juan Luis Cebrián para El Pais.