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En los últimos tiempos he venido notando que iberoamérica entiende por democracia a todo régimen en el cual se respeten los derechos y privilegios del poder ejecutivo (lease: presidente) entendiendo por legitimo aquello que sea promulgado por los organismos electorales pero gravemente, dejando en un segundo lugar todo otro criterio de calidad así como la defensa de todos los restantes poderes e instituciones que pudieran existir en una nación.

Esto por supuesto, siendo como es el mal de nuestros países, tiene muchas evidencias. "Cartas democráticas" que solo se activan a petición del poder ejecutivo pero que están más allá del alcance de los pueblos son un rasgo común de nuestras instituciones internacionales; junto a presidentes plenipotenciarios con habilidad para desoír toda voz de disidencia y que pueden a golpe de decretos, violentar la misma constitución.

La consecuencia final de esto no es otro que el sufrimiento de los pueblos afectados y la destrucción de nuestros países en todo aspecto, desde el físico hasta el moral.

Si alguien no sabe de que estoy hablando, pues que mal por todos, esa indiferencia es el principal escudo de los dictadores de nuevo cuño, que como Chavez, violentan todos los elementos de la democracia salvo el estar ungidos por un colegio electoral.

Me gustaría recomendar el siguiente editorial que sigue en esta misma línea:



Lo que más pena me da, es que tenga que padecer en primera mano todo esto y oír aún de tanto en tanto, voces en defensa "del proceso revolucionario" que nos ha conducido hasta aquí. Si al menos se sufriera pero no hubiera quien aplaudiera... vamos que lo agravante es que haya quien disfrute del dolor ajeno.

Pues aquí en España estamos deseando perder de vista a Zapatero, y a Rajoy (su supuesto sucesor), no lo podemos ver ni en pintura. Así que ya veis qué porvenir tenemos... Entretanto, los especuladores haciendo de las suyas...