Sepa yo que esta opinión no sea popular en absoluto, pero estoy a favor de la pena de muerte. Nunca comprendí por qué estamos dispuestos de conceder a la sociedad de restringir todos los derechos de un individuo que hace guerra contra esta sociedad (es decir, un criminal) pero de pararse delante de este solo derecho, la vida. ¿Por qué la vida sería un derecho absoluto? La libertad, por otra parte, no lo es (si no, no habría prisiones).
Y estamos de acuerdo que tenga ocasiones cuando se no se puede defender un derecho absoluto en la vida. Si no, todos los soldados serían malvados, porque, en guerra, matan. Si no, alguien que, sin su falta, matara otro home en un acto de defensa legítima sería también un criminal – concepto apenas soportable.
Hay la pregunta de abuso, pero esta pregunta es siempre un problema de las relaciones de la sociedad hacia el individuo, y, desgraciadamente, hay abusos mucho peor que de hacer perder la vida. El conde de Monte-Christo (de Alexandre Dumas) quería matarse en el Château d'If, porque la vida de prisión se había hecho insoportable. Desgraciadamente, hay penas mucho peor que la pena del muerto.
Hay personas que dicen que deberíamos derogar la pena del muerto porque no tiene el efecto preventivo que se desea. La gente, según dicen estas personas, no puede imaginarse cómo es, de morir, y en consecuencia no puede temer lo que no puede imaginarse. Pero contra este raciocinio hay que poner el hecho simple y empírico que hay mucha gente que tiene miedo realmente de la muerte.
Freud se preguntó cómo era posible, cómo podemos tener miedo de una cosa que hasta no conocemos. Y él concluyó que era un miedo narcisista, que temamos la cesación abrupto de este placer de sentírnos nos mismos, de ver a la gente responder a nosotros mismos, de ser el centro de nuestro pequeño mundo. Y cuanto más una persona sea narcisista, más este temor de la muerte puede estar desrazonable. Dado que los verdaderos criminales (la gente que hace daño a otra gente para sus propio fines, para su propio placer) sean también los hombres más narcisistas de la sociedad, ellos deberían lo más temer pena del muerto. Pues, la pena del muerto es preventivo al crimen.
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