Veamos el tema con seriedad.
Si hay un intercambio nuclear probablemente sea de alcance limitado. Algo así como Seul a cambio de Pionyang y bombas sucias (material radiactivo) sobre áreas de China, Rusia, Japón, Estados Unidos y Canadá. Con algo aún mayor podríamos hablar de afectación en el sur de Asia. Es decir, todos los vecinos de las coreas. Vean un globo terráqueo para que lo noten. Proyección de muertes en este escenario: decenas de millones, quizás incluso un ciento de millones.
Con ese nivel de combate, la destrucción no seria como para aplicar las medidas que nos propone Daniel. En este caso lo que pasará es que la economía global entraría en una profunda recesión, el mundo estaría mucho más sucio y habría un nivel general de radiactividad mucho mayor al actual. En este escenario los habitantes del sur de América no verían nada más que problemas difusos, una ola de inmigrantes y un repunte en diversas enfermedades derivadas de la radiación y daños ecológicos.
En un escenario peor aún, se tendría a China defendiendo militarmente a Corea del Norte. Digamos participando activamente en el intercambio nuclear. Si se da este caso, la destrucción seria directa en múltiples áreas de Estados Unidos, China y Europa. Japón posiblemente se vería afectado y claro está, la destrucción en ambas coreas seria mucho más extensa. En este escenario, las tres zonas económicamente más activas del mundo pasarían por un periodo de post guerra similar al de los años cuarenta del siglo pasado, pero mucho más largo, por haber afectado a la totalidad de los países desarrollados.
En este segundo escenario el número de muertes humanas se contaría en miles de millones y los daños ecológicos serían tales que nos veríamos afectados muy gravemente por mucho más que el lapso de nuestras vidas. Sería una situación grave en todos los niveles por al menos un par de décadas, posiblemente un siglo o más.
Ahora bien, en ambos escenarios, la población humana sobrevive. Verán, somos siete mil millones y seguimos creciendo. Si tenemos una guerra nuclear y mueren, digamos, 4.000.000.000 de los nuestros, todavía quedaríamos unos 3.000.000.000 vivos. Ese nivel de población tendría que ajustarse a un nivel de vida menor, a un mundo enfermo y a una sociedad descarriada que rechaza a viva voz todo lo que se vea relacionado con las causas de la guerra nuclear. Sería un mundo en el que prefiero no vivamos, pero es un mundo en el que podríamos vivir.
Ahora la fuente:
Estos escenarios están ajustados a lo descrito como "La Pequeña Muerte" en la serie de libros "The Way" de Greg Bear. El tema es particularmente detallado en el primer libro de la serie, Eon. Si alguien lo quiere en digital me avisan y se los envió