silouh, soy de los que creen que hasta al diablo hay que pedirle disculpas cuando se le interpela.
Siempre me provocó inquietud la brevedad de la inmensa mayoría de los hilos, no ya de este foro, sino de la mayoría.
Sin embargo de que se llegue a una conclusión porque de los argumentos de las distintas partes y la asunción de los propios equívocos se haya avanzado hacia un nuevo conocimiento mucho más certero que el que se tenía, lo cierto es que la mayor parte se desvanecen, languidecen como lo hace el pabilo de una vela cuando se queda sin cera, con una descalificación como última llama.
Sea cual sea la entidad que niega más cera para la vela, contravenirla en otro pebetero, - tan parecido, como tú bien has venido indicando varias veces cayendo en la cuenta de que muchas veces se acaba en el mismo tema, …tan parecido a aquél que habíamos dejado extinguir -, creo que siempre hay que hacerlo con la educación del que llega a un lugar nuevo, en este caso, al pebetero que no ha encendido él.
Ya dije en el anterior comentario que el enlace al vídeo no es nuevo en el foro; que ya lo subí anteriormente.
Entiendo que si muchas de las cosas que se afirman en él las dijera en mi nombre, teniendo en cuenta mi cualidad, tal vez debieran dejarse, efectivamente, extinguir. Pero las sostiene John Marco Allegro, tras largos años de minuciosa y esforzada investigación en una especialidad en la que fue doctorado en la Universidad de Manchester y en la que recibió numerosos premios y homenajes.
Aparte de las dudas que nos pueda suscitar y por las cuales, al menos, expresar nuestra inquietud, estoy escuchando mientras escribo esto, la noticia del terremoto que ha asolado China esta madrugada, y todavía tengo reciente el recuerdo del terremoto de Haiti, y me resigna mucho más pensar que cualquier concepción mística (p. ejem,
http://www.cannabiscafe.net/foros/showt ... 781&page=2, post nº 17) se debe a la exaltación de la propia vida que me provoca, o provocó en su día a aquél del que seamos discípulos, alguna sustancia, natural o sintetizada, en mi cerebro, que a la voluntad perversa, inhumana, inasumible de cualquier dios, ‘energía cósmica’, ‘iluminación’ o ‘armonía universal’, y, así me condene tanto más que Caín (consultar la última obra de Saramago) para toda la eternidad, Le, - o Les, silouh -, denunciaré, si Ha lugar, - que no creo -, cada muerto, cada cara de estupor, cada grito de dolor, cada lágrima de los niños que Ha(n) provocado en ésta y en cualquier catástrofe.