Anthony F. Bogaert

De AsexualpediA
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Anthony Bogaert es un profesor asociado en la Universidad de Brock que ha publicado un libro y una serie de artículos sobre la asexualidad. Dada la escasa atención científica otorgada a la asexualidad como una orientación humana, el trabajo de Bogaert es uno de los más conocidos y más ampliamente citado en los medios populares. Bogaert ha aparecido también en el Montel Williams Show discutiendo acerca de la asexualidad. Sus otras áreas de estudio incluyen la pornografía, el comportamiento sexual de alto riesgo, los delitos sexuales y los orígenes de la orientación sexual.

Libros

Entender la Asexualidad

(Understanding Asexuality)
(Reino Unido: Rowman & Littlefield Publishers, 2012 ISBN 9781442201019)

Esta monografía corresponde a uno de los primeros libros escritos sobre el tema para un lector no especializado en el tema, y el primero en examinar los aspectos históricos, biológicos y sociales de la asexualidad. El libro se ha hecho conocido en países no angloparlantes previamente a su publicación en el Reino Unido.

Artículos

La asexualidad: prevalencia y factores asociados en una muestra nacional de probabilidad.

(Asexuality: prevalence and associated factors in a national probability sample)
Journal of Sex Research, agosto del 2004

Resumen del artículo

En este trabajo, Bogaert analiza una muestra de probabilidad británica en la cual 1,05% de los encuestados dijeron que nunca se habían sentido atraídos sexualmente a nadie en absoluto. Bogaert correlaciona esta respuesta con otras preguntas en la muestra y extrae las siguientes conclusiones:

▪ En promedio, los asexuales tuvieron menos parejas alosexuales que las personas alosexuales, comenzaron a tener relaciones sexuales más tarde (si es que las tuvieron), y estaban teniendo menos sexo. También eran menos propensos a estar cohabitando con alguien o en una relación matrimonial.
▪ En promedio, los asexuales eran mayores que los alosexuales, tenían más probabilidades de ser mujeres que hombres, eran pobres, de piel no blanca, y/o habían tenido una escasa educación.
▪ Los asexuales eran más propensos a tener problemas de salud, a ser más bajos, a pesar menos y habían comenzado a menstruar más tarde (el en caso de las mujeres),.
▪ Los asexuales, en promedio, asistían a los servicios religiosos con más frecuencia que los alosexuales.

Bogaert analiza luego los datos para ver cuáles de estos son factores predictivos significativos de la asexualidad. Para las mujeres, todos excepto el peso y la salud son significativos. Para los hombres, la clase social, la educación, y la devoción religiosa son significativas. La altura es también marginalmente significativa. El nivel inferior de salud que se encuentra en el artículo es probablemente una consecuencia de la pertenencia a una clase social más baja y al nivel de educación, y no un aspecto directamente relacionado con la asexualidad.

En el documento se discute la razón por la cual ha habido poca investigación previa acerca de la asexualidad. Quizás los asexuales son invisibles porque no se involucran en actividades sexuales explícitas (otras minorías sexuales ganan visibilidad tanto positiva como negativa a través de los tipos de sexo poco comunes que tienen). La asexualidad no ha sido ampliamente percibida como ilegal o inmoral (aunque puede que los asexuales aún se enfrenten, en su vida privada, a la presión para ajustarse sexualmente). Además, la asexualidad puede haber sido invisible para los sexólogos, ya que la mayoría de los estudios sobre la sexualidad dependen de voluntarios. Las personas que se proponen como voluntarios para este tipo de estudios, han demostrado ser más sexuales con un mayor número de parejas, lo que da lugar a una polarización hacia ellos mismos en dichos estudios.

El hecho de que hayan tantos factores predictivos de la asexualidad significa que probablemente no hay una sola causa identificable de la asexualidad. A veces la asexualidad puede ser debida a un condicionamiento sexual inadecuado en la adolescencia, a una interiorización excesiva de los roles de género en las mujeres, o a condiciones genéticas o prenatales. Dado que no se mostró que los asexuales eran más jóvenes en promedio que los alosexuales, probablemente no es el caso de que sean "presexuales” o que presenten un desarrollo tardío (en inglés “late bloomer”). Además, el hecho de que el concepto de la atracción sexual se de siempre "hacia" una persona particular o grupo de personas puede inducir a error: por ejemplo, no se refiere adecuadamente a las personas que experimentan la sexualidad receptivamente en lugar de preceptivamente.

Es necesario que se investigue más antes de que cualquiera de estos resultados se puede confirmar. De hecho, esta información es limitada, ya que se trataba de una muestra probabilística utilizada para la investigación en general en el comportamiento sexual y enfermedades de transmisión sexual; la investigación futura ideal sobre la asexualidad incluiría preguntas sobre la masturbación, las fantasías y la vida sexual a una edad temprana. También abordaría los distintos componentes de la atracción y estudiaría la orientación afectiva o romántica, además de la sexualidad. La falometría podría ser utilizada para estudiar los patrones de excitación de las personas asexuales. Métodos de investigación longitudinales podrían ayudar a explicar la correlación entre la asexualidad y algunos factores, tales como la devoción religiosa. Finalmente, los datos involucrados conciernen a Gran Bretaña, y la experiencia de la asexualidad en otras partes del mundo podrían ser diferentes.

Hacia una Comprensión Conceptual de la Asexualidad

(Toward a Conceptual Understanding of Asexuality)
Review of General Psychology. 2006 Sep Vol 10 (3) 241-250

Resumen del artículo

Este documento aborda las cuestiones de la definición y la comprensión de la asexualidad. Define la asexualidad como una falta de atracción sexual. Los asexuales no son necesariamente no-libidinosos, célibes, arrománticos, o las personas que voluntariamente se identifican a sí mismos como "asexuales”. Los asexuales no son tampoco lo mismo que las personas con orientaciones extrañas o inusuales, tales como la pedofilia; los asexuales no dirigen su deseo sexual hacia persona u objeto alguno.

Algunos trastornos, como el trastorno de deseo sexual hipoactivo (DSH), pueden sonar similar a la asexualidad, pero no corresponde a lo mismo. Muchas personas que presentan síntomas de DSH de por vida pueden ajustarse a la definición de la asexualidad. Sin embargo, algunas personas asexuales tienen impulsos sexuales y obtienen placer de ellos; simplemente no quieren incluir a otras personas en sus actividades biológicas privadas. Esto no se ajusta a la definición de DSH. La mayoría de las personas con DSH no tienen el trastorno toda su vida, sino que éste se desarrolla en algún momento, luego de haber sido previamente alosexuales. Además, el DSH es un trastorno, y como tal, sólo se puede diagnosticar cuando provoca un malestar marcado o dificultades interpersonales. Por lo tanto, un asexual que es feliz con su asexualidad y se lleva bien con los demás no tiene DSH.

Una de las razones de que la gente no puede ver la asexualidad como una orientación real es porque se trata de la falta de deseo. Si el deseo sexual de una persona asexual pudiera incrementarse, podrían llegar a tener una orientación subyacente de gay, heterosexual o bisexual. Sin embargo, algunos asexuales no pueden aumentar su deseo sexual a través de cualquier medio conocido. Otros pueden aumentar su deseo - o ya poseen el deseo - pero no dirigirlo hacia otras personas, y prefieren satisfacerlo a través de la masturbación. Además, incluso si un asexual podría potencialmente ver su deseo aumentar y volverse heterosexual, gay o bisexual, eso no significa que ellos ya poseen alguna de esas orientaciones. La orientación debe ser definida en términos de atracción que existe realmente en el momento, no la atracción que podría existir eventualmente luego de una intervención.

Otra razón para hacer referencia a la asexualidad como una orientación real es simplemente debido a las tendencias sociales. Las personas en las organizaciones como AVEN ya se refieren a sí mismas como poseedoras de una orientación sexual y una identidad independiente. Este tipo de identificación es un importante tipo de auto-expresión, y es la política de la American Psychological Association para que los individuos usen los términos de la orientación que prefieren.

¿Es la asexualidad un trastorno? Actualmente, no hay información sobre la salud mental de las personas asexuales, pero otros estudios sugieren que muchas personas que no tienen sexo son muy felices. Incluso si las personas asexuales tuvieron una tasa superior a la media con respecto a la angustia mental, esto no haría de la asexualidad en sí misma un trastorno. Se podría argumentar que el comportamiento sexual representa una dimensión social importante y por lo tanto la asexualidad causa una "marcada dificultad interpersonal", pero esto no coincide con las prácticas de diagnóstico normales: disfunciones sexuales sólo están definidos como problemas cuando tienen efectos negativos interpersonales más allá de la esfera del sexo. El celibato, por ejemplo, no es un trastorno.

La asexualidad podría ser el resultado de los eventos prenatales inusuales, pero no por ello se trataría de un trastorno: también se ha sospechado que la homosexualidad es el resultado de eventos prenatales inusuales, y no es por lo tanto un trastorno. Además, hasta hace poco, la ausencia de sexualidad no era visto como algo malo: en cambio, la sexualidad excesiva o no reproductiva era condenada. Incluso hoy en día, algunas religiones y culturas consideran la ausencia de la sexualidad como algo positivo, así que llamar a la asexualidad un trastorno tiene muy poco sentido histórico o cultural. Por último, la asexualidad etiquetada como un trastorno puede estigmatizar a las personas asexuales y causarles problemas de salud mental.