Artículo: ¿Pueden los asexuales considerarse 'queers'?

De AsexualpediA
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14 de enero de 2014

Asexualidad: la opción para quienes no quieren nada

Escrito por Kristen Bahler para http://www.vice.com/read/asexuality-the-peoples-choice-for-people-who-dont-want-anyone

Minerva no es lesbiana. Esta nativa de Massachusetts es buena con las palabras, y lleva las últimas tres horas resaltando, con elegancia, este punto.

"Me han dicho que podría ser fácilmente tachada de lesbiana” me dice, señalando su cabello corto y cobrizo como evidencia. “Lo cual no tiene nada de malo”.

Minerva no es lesbiana, me dice, pero definitivamente tampoco es heterosexual. A sus 29 años de edad, Minerva, quien pidió ser identificada con el nombre de su tumblr, nunca ha estado en una relación romántica. Se autodenomina “asexual”, lo que implica que no siente atracción sexual alguna. Por nadie.

Muy a pesar de algunos miembros de la comunidad LGBT, Minerva también usa la palabra “queer” para definir su sexualidad. Queer es un término de cariño apropiado por las minorías sexuales, y lleva una fuerte carga emocional pues es extrañamente exclusivo, y hay un constante debate en línea sobre si Minerva debe usarlo para identificarse. En algunos resquicios de internet, el debate se ha convertido en guerra.

En octubre de 2011, una organización de ayuda llamada Asexual Awareness Week publicó una “Encuesta Comunitaria” con datos de más de tres mil personas que se identifican como asexuales. En la encuesta, más del 40 por ciento de los entrevistados dijeron considerarse miembros de la comunidad LGBT. Y otro 38 por ciento dijeron considerarse “aliados”, o defensores de la comunidad.

Pero la comunidad no piensa igual.

“Practicar el sexo/la sexualidad de manera ligeramente diferente, o no practicarla en lo absoluto, no te hace un queer”, escribió “Aria” en Tumblr a principios de año. “La gente no le grita ‘queer’ a una persona asexual con base en que no sienten una atracción (sexual) por nadie”.

En un post similar, otro bloguero escribió: “Tenemos el derecho a nuestra propia comunidad, luchamos y morimos por nuestros derechos y nuestros espacios queer… seguro ustedes pueden formar una comunidad para compartir experiencias y recibir apoyo, pero dejen de querer apropiarse del nuestro”.

Las observaciones reflejan un sentimiento profundamente arraigado en algunos círculos LGBT. Los activistas de los derechos homosexuales han luchado por su libertad sexual, muchas veces poniendo en riesgo su físico, durante más de medio siglo. Los asexuales (el uno por ciento de la población, según algunas estimaciones), siempre han mantenido un perfil bajo. ¿Por qué habría la comunidad LGTB de ceder un epíteto que los define (término antes peyorativo) a un grupo definido por la inacción?

“Muchas personas en la comunidad queer han luchado tan duro por la sexualidad, que no pueden entender cómo la comunidad asexual se conecta con lo que hacen”, dijo el activista asexual David Jay en una entrevista.

En 2001, Jay lanzó la Red de Visibilidad y Educación Asexual (AVEN), una base en línea para individuos asexuales. Hoy, es el rostro humilde del grupo, y ha aparecido en Fox News, The View de ABC y el podcast “Savage Love” de Dan Savage.

En (A)sexual, un documental de 2011 de la cineasta de Brooklyn, Angela Tucker, los esfuerzos de Jay por desestigmatizar la asexualidad están en el centro de la historia. En una de las escenas más punzantes, el activista de 30 años aparece en un desfile gay en San Francisco con su literatura asexual en mano. Cuando intenta entregarle un volante a un hombre con poca ropa, según parece un homosexual, el hombre le dice a Jay que “siente lástima por su alma” y se aleja con las manos vacías. En otra escena, Savage, quizá la voz homosexual contemporánea mejor conocida en Estados Unidos, se ríe cuando escucha hablar de asexuales en el desfile, y la idea le parece “hilarante”.

“Definitivamente se trata de un jaloneo muy particular entre asexuales y la comunidad LGBT”, escribió la psicóloga Jesse Bering en un correo. Bering, un columnista abiertamente gay para Scientific American (quien suele usar el espacio para abordar temas relacionados con la sexualidad humana) fue cuidadoso al señalar que no ve ningún problema con que los asexuales se identifiquen como “queer”. Otros en la comunidad, me dijo, ven a los asexuales como “personajes manipuladores” que no han podido aceptar su propia homosexualidad.

“Esto no quiere decir que la asexualidad no tenga su propia estigma”, escribió Bering, “pero sospecho que lo que se insinúa aquí es que ese estigma es el menor de los dos males”.

David Jay está consciente de estas suposiciones. Sin embargo, Jay asegura no ser gay… pero sí queer.

“Quién soy yo es algo que se ha definido por una lucha con la norma social en torno a la sexualidad”, me dijo. “La palabra ‘queer’ me parece muy útil para entender quién soy. No creo que nadie tenga derecho a quitarme eso”.

Sara Beth Brooks, una organizadora de Asexual Awareness Week, está de acuerdo. Antes de identificarse abiertamente como asexual, Brooks dice que probó con terapia hormonal, psiquiátrica y citas como “persona célibe”. Nada funcionó. Una noche en internet, Brooks encontró AVEN.

“Me senté toda la noche a leer comentarios que podían haber sido escritos por mí… parecidos a lo que había escrito unas dos o tres semanas antes en mi diario”, me dijo. “Tuve un sentimiento de comunidad que no había tenido en toda mi vida”.

Tanto Brooks como Jay no dudan en defender a la comunidad LGBT. Según ellos muchos activistas homosexuales han apoyado fielmente a los asexuales. No entienden a aquellos que no lo hacen.

“Es muy doloroso ver que una comunidad que ha sufrido tanta victimización, caiga en la victimización de otros”, dice Brooks. “La comunidad LGBT ha sido ‘otrorizada’, y categorizada por la sociedad como perversa… la asexualidad es sólo otra versión de eso”.

Para ver esta enajenación en acción, dice Brooks, sólo falta entrar a la base virtual de la comunidad. Los 41 mil miembros registrado en AVEN han inundado los 2.2 millones de mensajes del foro con historias personales de acoso, abuso y aislamiento.

También hay repercusiones fuera de la blogósfera. Phoenix Schneider, director del programa “The Trevor Project”, una organización de jóvenes LGBT con una línea de atención a personas con tendencias suicidas, dice que el grupo “definitivamente” recibe llamadas de jóvenes asexuales. Schneider dice que algunos temas recurrentes son ansiedad, depresión y otros problemas “similares a los de la juventud lésbica, gay y bisexual”.

En silencio, la comunidad LGBT ha comenzado a lidiar con las implicaciones de esto. Hace poco el equipo de Schneider incorporó la literatura asexual a sus materiales de entrenamiento para nuevos voluntarios. Los grupo del Campus LGBT están modificando sus objetivos para incluir a los estudiantes asexuales, y el National Gay and Lesbian Task Force (Grupo Nacional de Trabajo Lésbico y Gay), una de las organizaciones LGBT más grandes de Estados Unidos, agregó un taller recurrente sobre asexualidad en su conferencia “Creating Change (Creando Cambios)".

Sin embargo, todavía existe una dicotomía. Fuera de internet, quizá no hay mejor ejemplo de esto que el desfile anual de orgullo gay de Nueva York.

Congestionar la Quinta Avenida con un flashazo efímero de arcoíris, “La Marcha” es un microcosmos de la libertad sexual. Según el recuento oficial, hubo 1.7 millones de personas, espectadores incluidos, durante el Desfile Anual de Orgullo Gay número 43. Por 43 vez consecutiva, no hubo un contingente asexual.