La asexualidad, la gran olvidada
En 2004, el sexólogo Anthony F. Bogaert publicó un estudio en el que estimaba que alrededor del 1% de la población es asexual. No hay datos oficiales pero, desde entonces, esa es la cifra que se ha tomado como referencia para el estudio de esta parte del espectro sexual.
Pese a que ese 1% de la población se traduce en unos 76 millones de personas en todo el mundo –y cerca de medio millón en España–, el desconocimiento y la invisibilidad son dos factores que favorecen que muchas personas asexuales no sepan que lo son, porque ni siquiera saben que existe tal posibilidad.
La principal discriminación (acefobia) es el estigma, del que derivan el resto. Existen unos estándares de cómo debería ser la sexualidad y como las personas asexuales no se ajustan a ellos, que lo lleva a la patologización. Por un lado, por ellas mismas, que pueden creer que tienen algún problema debido a ese desconocimiento, y por otro, por el resto de personas, familiares o amistades, que tienen ese mismo razonamiento. En el ámbito médico también existe mucho desconocimiento y pueden llegar a patologizar a personas sanas y hacerles terapias porque creen que tienen algún problema de salud.
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